La miga de la vida

|

miércoles, 18 de junio de 2008


La vida es un amante salvaje, despiadado y apasionado sin medida. Te balancea entre sus brazos de tiempo y emociones. No tiene razón, no pregunta ni tiene en cuenta si es el momento adecuado cada vez que te da un bandazo.
Nos hace vivir prendados de lo vertiginoso de las emociones y las sensaciones. Nos castiga y nos regala momentos a partes iguales. A veces, ni nos da tiempo a pensar dónde estamos ni porque actuamos así.
La vida a veces me aterra y a veces me enamora, tanto que siempre que me besa me deja estupefacta y rendida sin remedio. La vida me desarma y me gobierna. Me hace perder la razón y otras veces me hace hasta cosquillas.
Creo que es como una gran montaña rusa, en la que, ahora que estás subido, no va a parar por ti. No te da tiempo ni de pensartelo. Pero es divertida.
Tiene una capacidad increíble para sorprenderte, en el momento que creías que le habías cogido el tranquillo, zzuuummm!!! Pendiente pronunciada, caída libre y looping triple.
También puede ser cariñosa, y de pronto encuentras que en el camino no estás tan solo, porque ella va y pone personas en el arcén que hacen las veces de ángeles momentaneos para nosotros. Unas palabras sencillas y la magia está servida.
Amigos, la vida está loca, y yo embebida de su locura.

5 comentarios:

Eldemo dijo...

La vida, con sus momentos divertidos, sus momentos amargos. Única para cada uno de nosotros. Eso es lo que la hace más especial. Y más imprevisible! Por eso es tan entretenida.
Hay un dicho que dice: "La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja"
Y siempre que lo leo pienso que entonces tendremos que aprovecharla muy bien, que para eso la tenemos.
Me ha gustado mucho esta entrada Maryjane, tienes muchísimo talento!

Un besazo, guapa!

Dante dijo...

Me encanta cómo has escrito esta entrada, de verdad. Además de expresar algo tan inefable como es los giros inesperados de la vida en toda su amplitud es difícil y lo has conseguido, porque cualquiera puede ver reflejada su vida en esa explicación. La intensidad y acción que tenemos en nuestras existencias no tienen nada de distinto a las ficciones que durante centenares de años han escrito los grandes poetas o novelistas.
Escoger una vida sería una decepción tremenda, aunque por ello nos ahorraramos todas nuestras tragedias personales, sería, al fin y al cabo, como si quisiéramos que todas las personas fueran y se comportaran igual. Aunque luego me arrepienta de la frase anterior (por si me pasa algo malo en breve) es mágico el hecho que no sepamos que va a depararnos nuestra existencia. Lo bueno: de un día para otro podemos vivir experiencias increíbles sin haberlo pensado; lo malo: sentir una catástrofe personal. Pero por encima de todo lo más importante es estar vivo, pues de esta forma podemos hacer o no lo que queramos. Para mí el sentido de la vida reside en...simplemente vivir, así de simple.
Excelente entrada para reflexionar hasat no parar, escribiría más, te lo juro ejjeje
¡Un abrazo muy grande!

MaryJane dijo...

Eldemo; Ese dicho me encanta, noera la primera vez que lo oía, y estoy de acuerdo, hay que aprovechar la vida. Y vivirla lo más felizmente posible, si no, vaya rollo...
Un abrazo Eldemito!!!

Dante; Grácias, me siento elogiada, y realmente la sensación de estar vivos es algo en lo que no siempre, y no tosos, reparamos, y eso no puede ser. Tu visión del sentido de la vida es, para mi, el ideal.
Un abrazo graaande!!!

jm dijo...

maryjane me gusta el sentido que le das a esta entrada. Es posible que la vida sea como una montaña rusa, se sube y se baja eso es inevitable. Pero también creo que lo importante es que podamos elegir. Que no seamos simples sujetos pasivos que se dedican a mirar. Escoger es bueno: si te sale bien has consegido algo por ti mismo e incluso si te sale mal, algo se aprende. A veces es bueno equivocarse, porque te ayuda a ser más resistente.
Lo que si que es verdad, es que sólo se vive una vez, y hay que tratar de aprovecharlo al máximo.

Un abrazo!!

g dijo...

muy bonito niña, tu entrada me ha recordado a un poema que suele recitar Carlos, un argentino de unos cincuenta o sesenta años dueño de un bar de poesía del Raval -barrio del casco antiguo de Barcelona- llamado la Granja de Gavá.
Lo he colgado en mi blog.

cuídate y sigue así