Después de más de un mes sin aparecer por aquí ni visitar los blogs que acostumbro, vuelvo tirada de la mano por Eldemo, que es más majo que las pesetas rubias, y me ha recordado su primer aniversario de blog, haciendome re-engancharme al mío.
No voy a dar muchas explicaciones, porque no procede, solo diré que lo que me ha hecho estar tan ausente es un buen motivo. Ahí queda eso.
Pues sí, a mi me gusta la Navidad. Vale que sea una excusa para gastar, comprar, amar, saludar y sonreir. Pero esas (y otras muchas), son decisiones que cada uno toma libremente. Simpre tenemos la opción de no regalar, de regalar manualidades o cartas, de no saludar a quien no nos cae bien o de seguir haciendo lo que todos los días.
Me gusta sentirme más contenta porque sí, saber que voy a ver a los míos, a la gente que quiero, es como una cita a lo grande que tienes concertada con mucha antelación.
Lo que no me gusta es que los ayuntamientos se vuelven locos con lo de las luces, y así nos "luce" el pelo en el planeta... Eso sí es algo que deberíamos cambiar, ¿más ideas?
Yo os propongo que hagamos entre todos una lista de lo que sí nos gusta y lo que no nos gusta de la Navidad. Empiezo yo, ¿vale?
Sí me gusta: Aprovechar la ocasión para brindar con mi madre con auténtico champán francés.
No me gusta: Que la gente se vuelva loca poniendo luces por todas partes.
Vuestro turno, venga que es muy rápido!!
