Sushi, se me enamora el alma, gatunamente.

Sushi fue un regalo esperado, una estrellita escogida con amor y mimo, un nuevo inquilino en mi corazón.
De la mano de mi persona favorita del mundo, llegó a mi regazo este pequeño tesoro peludo y gatuno.
Le quiero, me encanta y me hipnotiza con su ronroneo cuando me mira con calma, tan dulce como solo un gato puede ser.
Me engatusa totalmente cuando viene a verme de madrugada a la cama y exige un segundo de atención, una caricia y un mimo.
Siempre avisa al llegar a casa, me habla con insistencia y estoy segura de que sabe que no entiendo ni un solo maullido de los que suelta, pero le gusta decirme cosas, y poco a poco lo voy pillando.
Le gusta que le mire mientras come, le gusta gustarme tanto, y a veces me espera en la puerta para acompañarme y endulzarme la llegada a casa.
Se llama como lo que más me gusta comer, porque a él me lo como a besos cada día y me sale gratis.
Miau, miau, miau, miaaaauuuuu!!!!