Terapia marsupial.

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domingo, 9 de noviembre de 2008

Andrea se encarama sobre mi cuerpo, me levanta la camiseta y deja mi barriga al aire, luego se levanta la suya, me sonríe y pega su piel contra la mía. Le fascina este contacto.
Hunde su linda carita en el hueco de mi cuello y me abraza. Enreda sus manos diminutas entre los mechones de mi pelo, aspira y me dice: “Hueles a pastel, ahora voy a dormir, ¿vale?”. Pero no se duerme nunca.
Sonrío, llena de dicha y de pena, la acuno contra mi pecho y accedo a lo que me pide.
De vez en cuando se incorpora y me mira directamente a los ojos, sin vergüenza, clavando su mirada limpia, la de cuando no está enfadada, en mis ojos. Sonriendo pícara, como es ella.
Y mi alma disfruta porque es como si se bañara en pureza. Como si la gracia divina fuera posible por un momento.

9 comentarios:

g dijo...

Andrea nos recuerda que un día fuimos Andrea. Es precioso. Un beso enorme!

Sunne dijo...

que filosófico no?

Eldemo dijo...

Has tenido un buen día, verdad? Qué bonito!
Besos!

MaryJane dijo...

G; sí pequeña, eso parece. Grácias, un beso grande!

Sunne; ¿filosofía?, puede pero de a duro, jejejeje...

Eldemo; Ayer sí que lo tuve, el de hoy ha sido un poco más denso...
Besos!

Diego del Pozo dijo...

Joer que cosika más bonita :D

jm dijo...

Que bonito.

Un abrazo

MaryJane dijo...

Molti y jm; Grácias chicos!!

Dante dijo...

Muy bello este relato, muy bien descrito, sobre un instante de júbilo y recuerdo de una infancia inocente y llena de frescura.
Por cierto, ¿el título viene a decir que Andrea es un marsupial, y que describes lo que te sugiere la figura del koala en tu cuerpo?
Bueno, ya me dirás, es que yo lo analizo todo, jejeje. Me ha encantado.
Por cierto, otra cosa más, voy por el tercero de "Wonder Falls" y ¡me encanta! Ahora entiendo lo que querías decir con el destino, hay que rendirse ante él, pero la protagonista oye a los muñecos que le dicen cómo cambiarlo para beneficiar a los demás y beneficiarse ella personalmente con las buenas acciones que hace, así se llena espiritualmente, haciendo cosas desinteresadas por los demás.
¡Un saludo!

MaryJane dijo...

Dante; no entiendo muy bien la pregunta. Andrea en una princesita gitana de 4 años que vive en un centro de acogida, y la terapia marsupial es un comportamiento propio de niños con déficit de afecto o de padres. No se si te referías a eso, jjejeje, nos vamos a hacer un lío...
Un beso fuerte!!