Soul Sister

|

viernes, 13 de agosto de 2010

Hoy es el día de un cumpleaños que desearía con todas mis fuerzas celebrar en otro lugar y con la persona interesada, mi monete, mi amiga, mi compañera, mi "soul sister".
Tengo mucho que agradecerle, sobre todo por los ratos más divertidos, los que hemos compartido frivolizando sobre los problemas de ambas, creando castillos en el aire y situaciones hipotéticas. Por su capacidad para hacer que me sienta bien, tranquila y a resguardo.
Ana se convirtió inesperadamente en un pilar básico de mi vida, una fuerte columna en la que apoyarme cuando todo parece desvanecerse, y la alegría de mi huerta en cualquier momento.
Juntas hemos recuperado lo más básico de nuestra esencia, nuestras niñas interiores, hemos pasado por todos los estadios emocionales posibles, nos hemos desnudado en alma para la otra, hemos confesado hasta nuestros porqués y por eso y mucho más la considero un regalo de la vida, un tesoro que conservar, alguien a quien querer el resto de mi vida desinteresada e incondicionalmente.Ana es magnánima en su generosidad y en su forma de darme cariño, es magnánima en su papel de "escuchadora", y además es la mejor "exorcista de demonios interiores" que conozco.
Cuando la conocí me cayó regular... tirando a mal. Pensé que era una hippy moderna, una guay de la vida, como nosotras diríamos; "una especial del día". Fui cortante, juzgadora y algo borde con ella, la puse a prueba, le di cera de lo lindo y a ella encima le gustó el reto. Le debió de parecer gracioso que alguien como yo (que solo se leer y escribir...) entrara tan a cuchillo para establecer una "relación laboral", y solo recuerdo que contestaba a mis interrogantes con mucho salero, dejandome en el sitio y dandome pie a ir cambiando de parecer poco a poco.
Como es una mujer sobradamente inteligente, ni siquiera se sintió atemorizada ni atacada, aunque esa tampoco era mi intención.
Una tarde nos descubrimos debajo de una marquesina de autobús, mientras llovía a cántaros, hablando de cómo habíamos llegado hasta allí, a la ciudad en la que vivíamos y a la situación en la que nos encontrábamos. Después de ese día, no nos separamos más, conectamos como un enchufe gemelo y se convirtió en mi mejor amiga, aunque no había tenido algo parecido desde la infancia.Desde entonces no dejamos de contar con la otra para hacer cualquier cosa, y en compartir todo lo que nos rodeaba.
Por circunstancias de la vida, llegó un momento en que nos tuvimos que separar, como en "Tú a Londres y yo a California", y fue un duro golpe... Ha pasado ya más de un año, y no me acostumbro aun a tenerla tan lejos... y como no nos gusta hablar por teléfono, pues aun la echo más de menos.
Aunque llevo un largo rato escribiendo, me doy cuenta de que solo divago, pero que no soy capaz de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que siento, ni cuanto la quiero, ni como la añoro...Solo puedo dedicarle este conglomerado de sentimientos y emociones, que seguro que ella sabrá descifrar magistralmente para entreleer lo que sabe que quiero decir. Y aunque no dijera una sola palabra, o aunque solo dijera "felicidades", ella entendería todo lo que va implícito en mi voz al hablarle. Y tiene ese don porque existe esa mágica unión entre nosotras, porque es mi Soul Sister.

3 comentarios:

Anitak dijo...

Mientras lo leía no había paredes, ni carreteras, barreras o peajes, no había escaleras o montañas entre tú y yo. El mejor regalo que podías hacerme era recortar la distancia que nos separa.
TE QUIERO!!

MaryJane dijo...

Ana; Las barreras, normalmente suelen ser más mentales que físicas, afortunadamente para nosotras, estamos conectadas en otro plano, yo te quiero más!

Beth dijo...

¡Qué bonita dedicatoria y que bonita amistad! Me alegro que las dos tengáis ambos tesoros.