Cosas que (quizás) nunca te digo...

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sábado, 2 de octubre de 2010


A mi sí me gustan las ocasiones o fechas especiales, porque con el ritmo de vida que llevamos, las prisas, los agobios, los problemas... a menudo se nos olvida decir las cosas importantes, o sencillamente las obviamos, o no encontramos el momento oportuno...
Ayer, 1 de Octubre, fue el cumpleaños de la persona más importante de mi vida, y aunque me pasé el día diciéndole felicidades y besándole cada vez que se me antojaba, no tuve un minuto de mi tiempo para escribirle una merecida dedicatoria en mi blog.
Como este es mi blog, escribo sobre las cosas y las personas que quiero, y Raül es mi As de corazones, un sueño hecho realidad.
Es para mi un regalo de vida poder levantarme cada mañana a su lado, escuchar un "te quiero" de sus labios, recibir una caricia y al poner los pies en el suelo parece que no está tan duro.
Raül me asombra por su arrolladora fuerza y vitalidad, a veces me quedo pensativa tratando de averiguar cómo hace para poder con todo.
Raül es un titán; para mi un héroe, y le admiro profundamente por cada detalle de su deliciosa humanidad. Si fuera una niña pequeña, estaría perdida y platónicamente enamorada de él, soñaría con él, como cuando de pequeña imaginaba como sería el hombre ideal con las cualidades perfectas para entregarme a él.
La suerte que tengo es que soy una mujer adulta, le he encontrado, puse en él mi diana y me ha elegido como compañera.
Raül es un lobo, a veces salvaje, con muchas soledades en su interior que solo él conoce, él se dice mío, y está siempre pendiente de mi tranquilidad, siempre vigilante de mi bienestar, siempre cerca de mi, desde siempre, desde que nos conocemos...
Jamás en mi vida he sentido una entrega tan absoluta, un deseo tan arrollador y tan animal de estar al lado de alguien, de protegerle, de compartir el camino, de ser un remanso de paz cuando lo necesite, como él lo es para mi.
Él me ha devuelto a mi esencia natural, a lo más humano e instintivo, él me da la felicidad, tiene la paciencia más grande del mundo, sabe cómo amarme, escucharme, hablarme, tocarme, mirarme, seducirme, enredarme, besarme...
Si me hicieran la típica pregunta de ¿qué te llevarías a una isla desierta?, contestaría Raül sin dudarlo, porque con él todo es más fácil, mejor.
Raül me hace reír como nadie, y eso es tan importante para mi... Raül es mi cómplice y entiende lo que digo solo con mirarme, como un buen amigo que te conoce...
No hay lugar más seguro y reconfortante que sus brazos, y recuerdo que las primeras veces que nos abrazábamos sin miedo, yo decía "casa", como si de un juego se tratase, en el que estás salvado al tocar algo o a alguien.
Raül es sensualidad, es un semidiós acostado en la cama, con el brazo sobre la frente, medio desnudo, enseñándome su piel morena y suave, tanto que me embelesa tocarla, olerla... me encanta su olor... De repente abre los ojos despacio, y al levantar sus pestañas se enciende el mundo para mi... me mira y me sonríe, y mientras tanto yo me voy encendiendo como una llama, me derrito, me dejo querer... Me toca con la delicadeza que tocarías una flor, hasta que me asalta y me derrota, y yo solo quiero ser más suya aún... Él es un sinfín de emociones y deseos, un sueño húmedo, un placer...
Cuando recuerdo nuestros primeros encuentros aún se me encoje la tripa, se me hace pequeñito el estómago y me convierto en lo más básico de mi misma... me volvía tan loca como ahora, pero ahora además le quiero con locura, le amo, le adoro, y si estar enamorada es un estado, creo que el mío es perpetuo por su capacidad de mantenerme ENAMORADA, sí, con mayúsculas.
Raül es único, excepcional e irrepetible, para mi, el norte y el sur, mi luz y mi vida.
No hace falta que te diga te quiero, porque me parece que hasta queda pequeñito al lado de lo que siento, tesoro mío...