Eso digo yo... y eso dice Jaye Tyler, y lo dice también la princesa india que se tira en barril por las cataratas del Niagara para calmar la ira de un dios exigente...
Sí, estoy hablando de "Wonderfalls", la serie que me ha robado el corazón y que, desafotunadamente para mi, ya he acabado de ver.
De ella me ha gustado todo, hasta el final, con un poco de azúcar, pero la justa para que me quede con el buen sabor de boca de un pastel que te sabe a gloria y no te empalaga.
Todo este numerito sentimentaloide es porque acabo de ver el capítulo trece y último de la serie.
No es normal en mi que me reitere demasiado en el mismo tema, pero es que creo que hay que hacer apología de lo que una cree que vale la pena ver. Así que la hago y "I surrender to destiny".
Cuánto significado le podemos dar a esta afirmación, cuántas vueltas, desde cuántos puntos de vista la podemos leer y cuántas facetas de nuestra vida la podemos aplicar.
Es la historia de siempre, pero en singular; todos, o casi, queremos hacer las cosas según se supone que debemos hacerlas, ya sabeis, sin hacer daño a nadie, escogiendo el camino bueno, comportándonos como buenos samaritanos. Pero a veces las cosas escapan a nuestro razonamiento, nos preguntamos por qué ocurren como ocurren, o por qué a veces no salimos indemnes de determinadas situaciones en que se supone que sí deberáimos hacerlo, debido a nuestras buenas accones.
Y de pronto, todo cobra un sentido racional y mágico, nos ilumina la luz, aunque sea la del baño, y vemos las respuestas enfrente de nuestras narices. Pero después de haber pasado por el marrón, claro.
Todo tiene un porqué, y siempre hay una explicación, y a mi me gusta pensar que es porque hay ciertas fuerzas ocultas que traman complejos planes para que suceda todo de la manera más complicada, y curiosa, y (porque no) divertida, y cerrar así un círculo de una nueva etapa de nuestra propia historia.
O quizás es que solo quiero eludir de una manera pueril la responsabilidad de tomar decisiones, y dejarme llevar por el ¿destino?.
Al final lo que me gusta es darle un poco al ciruelo e imaginar que todo tiene una extraña conexión y que las cosas que hacemos por inercia tienen una razón mística.
Jajajaja... Tenéis que ver esta serie.